Los profesionales de la asistencia a domicilio en Guipúzcoa somos plenamente conscientes de la importancia que tienen para nuestros ancianos los afectos y las emociones. En realidad, no se trata de una cuestión excepcional de los mayores: todas las personas dependemos del corazón y de los lazos afectivos para sentirnos bien, tranquilos, a gusto y más felices. Para la tercera edad, estos elementos adquieren una influencia todavía mayor.

Una de las situaciones con las que nos enfrentamos, a menudo, en la asistencia a domicilio en Guipúzcoa es atender a personas desanimadas, apáticas, poco ilusionadas y con escasas ganas de seguir viviendo. Es inevitable, en cierto modo, que el ánimo se vaya apagando progresivamente conforme se van cumpliendo años, pero también es cierto que el entorno tiene muchísima influencia en el estado general de las personas. Y, en el caso de los ancianos, este efecto es todavía más manifiesto.

La cercanía y el cariño de los familiares de una persona mayor son insustituibles y necesarios, si bien es cierto que nunca es tarde para crear nuevos afectos que, con frecuencia, pueden surgir entre el anciano y su cuidador. Basta con ser amables, agradables, atentos y cariñosos con ellos. Hay que escuchar, ofrecerles una palabra de ánimo o aliento cuando la necesitan y estar dispuestos a desempeñar nuestro trabajo no solo con la profesionalidad debida, sino también poniendo el corazón.

Así, cuando ves a tu familiar anciano relacionándose con un profesional de la asistencia sanitaria que le cae simpático, te sientes muchísimo mejor. No se trata solo de un estímulo permanente capaz de optimizar numerosas tareas rutinarias (como los traslados, las curas o la ejercitación mental), sino también de un auténtico incentivo, que hará más agradable, satisfactoria y positiva la existencia de esta persona.

Por eso, en Landu Asistencia Domiciliaria nos ocupamos de atender integralmente a nuestros ancianos, tanto física como intelectual y emocionalmente.